El pueblo ratifica hoy día su derecho a habitar, su derecho a la memoria, a la identidad y a decidir lo que pasa en su territorio. Las pobladoras y comunidades son capaces de desentramar y denunciar las mafias que hoy día nos gobiernan porque es hora de defender nuestra memoria social y territorial, nuestra calidad de vida y formas de habitar, nuestros árboles, ríos, aves y todo aquello que se han encargado de robarnos durante estas más de cuatro décadas de saqueo neliberal.